El pasado miércoles, 28 de mayo, tuvo lugar en Marylands, uno de los dos encuentros anuales que el Obispo de Parramatta, organiza en su diócesis. El encuentro fraterno consistía en la celebración de la Eucaristía en la preciosa Iglesia de las hermanas polacas, como las llaman aquí (Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret), y después un ágape compartido cocinado por las mismas hermanas, y que resultó verdaderamente delicioso.
El señor obispo compartió mesa con nosotras y siete comensales más. Nos confesó que le encanta cocinar y que la paella requiere un esmero especial para que sea verdaderamente paella española; que desea, desde hace años, recorrer el Camino de Santiago desde Roncesvalles; que su madre tiene 80 años y que le sigue en Twitter. Su conversación fue amena y cercana, y compartida con todos los que estábamos en su mesa. Después del plato principal se levantó para sentarse en las diferentes mesas y charlar con todos los religiosos asistentes.
De nuevo nos sorprende la naturalidad de las personas australianas, en su trato sencillo y acogedor con todos, y con la habilidad de hacerte sentir en casa.
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