Se reanudan las clases en Sydney

Esta semana ya se han oído ruido de niños por las calles y hemos coincido con algunos que iban a clase en transportes públicos, llevando el uniforme (algunos llevaban gorro e incluso la mochila uniformada con el escudo del colegio).

Esta semana es la primera de las últimas ocho semanas de clase que los colegios de aquí van a tener antes de finalizar el curso (su verano empieza en diciembre); entonces tendrán seis semanas de vacaciones (que corresponden a las vacaciones de verano que nosotros conocemos). El curso se divide en cuatro trimestres organizados en ocho semanas de clase y dos de vacaciones, menos el último, que coincide con su verano.

Hoy hemos tenido la oportunidad de conocer el colegio de St Monica con alumnos: 211 niños organizados en tres grupos, dos profesoras para cada grupo y cada uno trabajaba a su nivel. La sesión empezó con una reunión conjunta donde se establecieron los objetivos a trabajar. Seguidamente, cada alumno fue a su sitio y empiezó a elaborar su propio trabajo, previamente motivado en la reunión primera.

Niños alegres, espacios creativos, profesoras sonrientes... No había ruido, nadie molestaba, cada uno trabajaba a su ritmo.

En la parroquia, también hemos conocido a Laura, madre de familia mexicana que lleva en Sydney seis meses desde que vino con su marido y su hijo de cuatro años. Al padre Giovanni, sacerdote colombiano que trabajó como mediador en su país con el conflicto de la guerrilla y llegó a Australia hace medio año. El padre Fernando, que nos abrió las puertas de su casa y nos acompañó a visitar el colegio de St Mónica. Todos fueron muy amables y generosos, todos se desvivieron por enseñarnos cómo usar los transportes públicos, dónde comprar fruta o verdura más barata... 

Personas de fe que con su vida testimonian el amor de Dios a sus hijos.